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Bruichladdich The Classic Laddie

Classic Laddie
CEquilibrado, algo ligero pese a su volumen, pero picante y con bastantes matices.

Bruichladdich es una destilería que se encuentra en Rinns, la parte occidental de Islay. Según una interpretación, Bruichladdich significa «banco de la orilla pedregosa», en referencia a la costa post-glacial que se encuentra enfrente de la destilería. Otra interpretación, quizás más plausible, indica que el nombre significa «costa rocosa de sotavento».

En 2012 la destilería fue comprada por el grupo Remy Cointreau, por un total de 58 millones de libras. Con una capacidad de producción bastante limitada (1.500.000 litros), Bruichladdich se distingue por darle mucha importancia a la cebada que utilizan para hacer sus maltas.

Bruichladdich The Classic Laddie se ha embotellado al 50% de volumen, se ha destilado a partir de cebada 100% escocesa y no tiene declaración de edad. De hecho, la destilería fue de las primeras en defender esta postura y, desde 2001, ha sido una de las impulsoras de grandes cambios en la industria (cosa que sorprende, debido a su tamaño).

Por ejemplo, fue de las primeras destilerías en introducir el concepto de no filtrado en frío, y también una de las primeras en embotellar por encima de 40% de volumen como un estándar. En España puede encontrarse este whisky en tiendas especializadas por unos 50 euros.

classic laddie

Nota de cata de Bruichladdich The Classic Laddie

La vista

La botella está enteramente pintada de un color azul turquesa, algo poco común en la industria. Según nos explicó la marca, ese color hace referencia al color de la costa que está enfrente de la destilería, en los pocos días soleados que hay en Islay. En copa posee un color pajizo claro, debido a que se trata de un whisky relativamente joven y a que ha madurado en barricas de bourbon.

La nariz

Encontraremos notas dulces y afrutadas, predominando la naranja y el caramelo. Aromas muy suaves de vainilla y cebada horneada.

El paladar

Resulta algo picante al principio, pero es muy agradable. Nuevamente encontraremos fruta, especialmente manzana al horno con cítricos como la naranja en segundo plano. Notas florales y herbáceas combinan a la perfección con el dulce de la canela, la vainilla y algo de pimienta. Posee un cuerpo ligero, aunque algo oleoso.

El final

Medio. Los sabores afrutados se disipan rápidamente para dar paso a las notas dulces. Encontramos miel y caramelo, y quizás un muy sutil toque marino.

Conclusión

Sin duda, es un buen whisky, como tantos otros en el rango de los 40-60 euros. No es espectacular, ni inolvidable, pero es un buen trabajo. Un malta equilibrado, algo ligero pese a su volumen, pero picante y con bastantes matices. Una buena elección si se quiere probar un whisky de Islay no ahumado, más propio de otras regiones.

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