CatasEscocésLagavulinMarcasPuntuaciónPuntuación A

Lagavulin 16 años

botella de Lagavulin 16

A Turba, vainilla y sal. La esencia de Islay en una botella.

Algunos whiskies son referentes antes incluso de que nos iniciemos en el mundo de los single malts. Whiskies casi democráticos, opciones de cabecera para expertos y novatos que sobreviven a las modas. Aunque para Lagavulin 16, no siempre fue (ni será) así.

Hasta finales de los 80, Lagavulin se embotellaba a los 12 años. Fue a principios de los 90 que una edición limitada de Lagavulin 16 años cambiaría el estándar de la destilería. La acogida de aquella expresión fue tan grande que Lagavulin 16 se convirtió en su expresión básica. Lagavulin 12 años ha pasado ahora a ser esa expresión escasa que aparece de vez en cuando en las Special Releases de Diageo. Con el 200 aniversario de la destilería nació una nueva edición limitada de 8 años, que poco a poco se está convirtiendo en la nueva expresión básica

Pero, ¿qué es lo que convirtió a este Lagavulin en un referente? Este Islay sureño utiliza la turba como la mayoría de las destilerías de la isla, pero posee un ahumado que se integra con el resto de aromas y sabores. Es por eso, quizás, que suele ser uno de los primeros ahumados para muchos.

Lagavulin 16 se añeja en barricas ex-bourbon de segundo llenado durante al menos 16 años (las mismas barricas suelen contener antes algunos de los whiskies de grano de Diageo). Se embotella al 43% y su precio suele rondar los 90 euros (aunque actualmente lo tenéis por unos 79€ en Bodeboca).

Botella de Lagavulin 16

Nota de cata de Lagavulin 16 años

La vista

Lagavulin utiliza botella alargada de estilo clásico en tonos oscuros. En copa, el whisky, que tiene colorante añadido, es de tono ambarino.

La nariz

Oh, ¡la turba! Un golpe completo de humo irrumpe, algo bruto, en primer plano. Tras el primer impacto, notas dulces de caramelo y vainilla acompañan el toque yodado de la turba. Es un whisky de aromas terrosos, con un toque de café moca y té negro ahumado.

Tiene un toque afrutado y cítrico, con aromas de naranja y mandarina. Un toque salino de algas y pescado. Pimienta.

El paladar

En boca, Lagavulin 16 es grueso y complejo. Oleoso, mantiene las notas ahumadas que encontramos en nariz. Un recuerdo de ceniza que se mezcla con la lucha constante entre las notas más dulces y las más salinas. De nuevo el toque de té negro ahumado.

Ligeras notas de vainilla, galletas y malta, acompañadas de caramelo y azúcar moreno tostado. El toque ahumado se mantiene, mientras aparecen notas salinas. Algo de algas y yodo, un recuerdo a regaliz. Ciertas notas de piel de cítricos aparecen para refrescar el paladar.

Un toque herbáceo con notas de laurel y algo de tabaco. Un recuerdo de roble tostado.

El final

El final es alargado y especiado. Un equilibrio de humo y vainilla.

Conclusión

Los whiskies ahumados son los whiskies que más dividen a los amantes del whisky. O los amas, o los odias. Lagavulin 16, sin embargo, logra mostrar un tercer perfil: el de «no me entusiasman los ahumados pero este se deja tomar». Un whisky completo que agrada a los novatos pero que no es demasiado suave para que los conocedores de la malta se echen atrás.

Lo que más me gusta de este whisky es que el humo de la turba no oculta los matices de la destilación, sino que se integra perfectamente. Es dulce sin empalagar y mantiene siempre un equilibrio algo brusco, ese toque que tanto me gusta del whisky escocés, sin ser descuidado. Lagavulin 16 es turba, vainilla y sal. La esencia de Islay en una botella. El ahumado que no debe faltar en tu minibar, especialmente si hay visitas.

Esta cata está patrocinada por Bodeboca Recuerda que la opinión de Todo Whisky es independiente y que no promocionaríamos este whisky si no nos gustara. Muchas gracias por tu apoyo.

Tags:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.