Hay un momento mágico en toda noche que se precie. Es aquél momento en que no fallas al billar, juegas extrañamente bien a los dardos, tus amigos escuchan tus increíbles historias sobre las conquistas de los Hunos y en la pista te mueves como John Travolta.
Sabes, porque ya ha ocurrido en muchas ocasiones, que una copa de más tirará por la borda tan magníficas cualidades, pero a la vez estás deseando volver a mojar tus labios en el whisky de turno. Pues a partir de ahora, ¡deja de preocuparte!
Desde China nos llega éste revolucionario invento que calmará las angustias del más templado de los bebedores. Con su desarrollada tecnología de bolas de plástico en un falso fondo de vaso podrás medir con exactitud el grado de tu ebriedad y calmar tus nervios. Algunos dirán que el invento en cuestión no es tan preciso como un alcoholímetro, y no le faltará razón al avispado lector, ¿pero realmente un alcoholímetro es tan discreto y a la vez, económico?
Para medir vuestro grado de ebriedad deberéis intentar meter las bolitas en el círculo del vaso que podéis ver en la imagen. Eso sí, sin derramar el contenido (se os penalizaría) ni tampoco con el vaso vacío, ya que entonces deberíais volver a hacer la prueba al cabo de algunos minutos (para determinar el grado de cogorza real), la espera os haría impacientes, la impaciencia se convertiría en aburrimiento, pediríais otra copa, os la beberíais, deberíais volver a esperar otros minutos… y así hasta el infinito.
Tiene un peligro: El invento puede ser altamente adictivo, con lo que pediríamos más copas de las que deberíamos sólo para aumentar el nivel de dificultad al maldito juego.
