La industria del whisky vive en 2025 lo que parece el inicio de su peor crisis desde los años 80. Destilerías que cierran, ventas que caen y un exceso de producción que recuerda al famoso «whisky loch» escocés. Te explicamos qué está pasando, por qué ocurre y qué significa para el futuro del whisky.
¿Por qué preveemos la crisis del Whisky en 2025?
Si algo hemos aprendido en TodoWhisky después de tantos años escribiendo sobre esta industria, es que el mundo del whisky, como la mayoría de cosas, es cíclico. Y ahora, en 2025, parece que se ven los primeros despuntes de algo que marcará una época. Una crisis del whisky que recuerda al whisky loch de los 80, cuando los destiladores escoceses se encontraron con más whisky del que podían vender.

Whisky Loch: la historia que se repite
Aunque Whisky Loch significa literalmente «lago de whisky» en escocés, es el término que se utiliza para hablar de la gran crisis del whisky de los años 80. Esta crisis fue una de las más devastadoras que ha vivido la industria escocesa. Durante los años 70, impulsados por una demanda creciente y proyecciones optimistas, los productores escoceses aumentaron dramáticamente su producción. Construyeron nuevas destilerías (ehem), ampliaron las existentes (…) y llenaron almacenes hasta los topes. ¿Te suena? Yo ya he perdido la cuenta de las destilerías que han ampliado su producción en los últimos años.
Pero entonces llegó la recesión de principios de los 80, junto con cambios en los hábitos de consumo y el auge de otras categorías de bebidas. De repente, Escocia se encontró con millones de litros de whisky envejeciendo en almacenes que nadie compraba. Los precios se desplomaron, muchas destilerías cerraron, y muchas marcas históricas desaparecieron para siempre. Algunas de ellas fueron las icónicas Port Ellen y Brora, aunque ambas reabrieron hace no tanto (2021 para Brora y 2024 para Port Ellen).
La parte buena de esta crisis fue que todo ese whisky «sobrante» de los ochenta ha dado lugar a los maravillosos whiskies de 25, 30 y 40 años que hoy en día consideramos tesoros.

Primeros indicios: Los Números de la Crisis del Whisky 2025
Ya que mi perspectiva puede sonar algo catastrofista, vamos a desgranar esos primeros indicios de una crisis. Las tendencias son una cosa, pero los datos, en este caso las cifras de ventas de whisky hablan por sí solas:
Los datos de la Crisis:
🏴 Escocia
- Exportaciones de whisky escocés: Aunque el volumen creció 3% en 2024, el valor cayó un 9% a £5.6 mil millones
- Primera mitad de 2025: El valor de exportaciones se desplomó otro 12% interanual
- Inventario actual: Actualmente Escocia cuenta con de 4 mil millones de litros de alcohol puro madurando – niveles no vistos desde el whisky loch.
🇺🇸 Estados Unidos
- Whisky americano 2024: Caída del 4% en ventas
- Proyección 2025: Descenso estimado del 6-8% debido a presiones económicas
- Kentucky bourbon: 12 millones de barricas en inventario (¡casi 3 barricas por habitante del estado!)
Menos ventas, más costes
Por si eso fuera poco, los informes financieros de los gigantes de la industria confirman que esto no es una crisis temporal, sino una corrección estructural del mercado. El crecimiento de ventas en Diageo (Johnnie Walker, Crown Royal) está prácticamente estancado (apenas 1.7% orgánico). Es más, la compañía reporta una caída de beneficios de casi un 28%1.
«Cuando la cartera del consumidor está bajo presión, el whisky escocés es una de las categorías más duramente impactadas» Nik Jhangiani, CEO de Diageo
Para Pernod Ricard (Jameson, Chivas, Ballantine’s), no va mejor. Sus ventas han caído un 3% (parece poco, pero son casi 11 mil millones de euros). Y aunque Jameson sigue creciendo (especialmente en India), no es suficiente para comensar las pérdidas que el whisky escocés e irlandés del grupo está teniendo en Estados Unidos y China (mercados mucho más maduros)2.
Las ventas muestran que los whiskies básicos (menos de 30€) siguen creciendo, y los ultra premium (+200€) se mantienen. Sin embargo, el segmento premium medio (50-90€) ha caído un 15% en volumen de ventas en la primera mitad de 2025.
Producir whisky es más caro y cae la inversión
Para acabar de reforzar la crisis, los costes de producción siguen creciendo. La cebada malteada ha subido un 40% desde 2023, y las barricas de roble americano han pasado de $650 (2023) a $850+ (2025), un incremento del 30%.
Además, las inversiones en whisky caen en picado. No sólo han caído algunas empresas de inversión en barricas (y ya era hora), sino que además los índices de whisky, como Knight Frank Rare Whisky 100 Index o el Apex 1000 Index están cayendo (28% y 22% respectivamente).
Si quieres saber más sobre el timo de las barricas, no te pierdas este artículo de Felipe Schrieberg en Forbes (en inglés).
Y cuando pensábamos que no podía ir a peor, la batalla de los aranceles llega para poner aún más presión a los dos lados del charco. El 25% impuesto por ambas partes al whisky escocés y al whisky americano destruye los márgenes de beneficio y las cadenas de suministro establecidas, lo que va a afectar aún más a las ventas.
Según datos de la Scotch Whisky Association, Diageo, Pernod Ricard y LVMH, estamos ante la tormenta perfecta: se vende más por menos dinero mientras los costes de producción se disparan. Y por más que queramos evitarlo, la matemática es brutal y no es sostenible.

Destilerías que cierran, otro síntoma
Ya pasó en los 80 cuando el whisky loch. Los síntomas de la crisis del whisky de 2025 van más allá de los números en un papel. La crisis del whisky 2025 tiene nombres y apellidos.
Quizá una de las víctimas que más prensa ha recibido ha sido Waterford. Esta destilería irlandesa, fundada por Mark Reynier (el hombre detrás del renacer de Bruichladdich), se estaba haciendo un nombre basando el whisky en el concepto de «terroir». Whisky con nombre y apellidos, jugando con distinta cebada para que pudieras apreciar realmente qué influye en el whisky. Waterford nació en 2015 con la intención de revolucionar la industria y a finales de 2024 entraba a concurso de acreedores. Actualmente cuenta con stock de 40 millones de euros en whisky almacenado.
«Construimos para un futuro que nunca llegó» Mark Reynier, CEO en Waterford
No le ha ido mejor a Mackmyra, una de las pioneras del whisky europeo y la primera destilería de whisky sueco. Nacida en 1999, en Agosto de 2024 se declaró en bancarrota. Aunque en octubre fue rescatada, su futuro es aún muy incierto.
Y tampoco mejora para muchas destilerías de Kentucky: Garrard County Distilling abría sus puertas en Enero de 2024 y se declaraba en bancarrota en el mismo año. La destilería Luca Mariano también acaba de declararse en bancarrota. Y estas son sólo unos ejemplos de la crisis que empieza a afectar al sector.
5 claves para entender la crisis del whisky de 2025
Dejando de lado los datos y los síntomas, ¿qué es lo que nos ha traído hasta aquí? ¿Por qué ahora vemos tan cerca esa crisis que hace un tiempo era impensable? Estas son las 5 causas de la crisis del whisky de 2025.

1. El Fin de una Época Dorada (2019-2022)
El equilibrio entre demanda y producción de whisky es siempre algo complicado. A diferencia de otros destilados, el whisky require tiempo, por lo que es difícil saber cuánto tenemos que producir para ajustarnos a la demanda futura. Entre 2019 y 2022, las perspectivas eran increíbles y vivimos unos «años dorados del whisky». Los analistas preveían un futuro espectacular para las expresiones premium e invitaban a invertir en empresas de destilados3. Las destilerías nuevas salían de debajo de las piedras y las marcas estaban emocionadas. «Más whisky para todos» predecía yo misma en este artículo de 2019.
Inversiones masivas en nuevas destilerías y ampliaciones
Se juntaron varios factores para que el whisky triunfara por todos lados. Durante esta época, el whisky americano crecía a razón de un 5% anual por diversas razones, cuando el resto de destilados crecía sólo al 2%. Sólo en Kentucky las destilerías pasaron de 68 en 2019 a más de 90 en 2022, con grandes inversiones por parte de los líderes de la industria. Heaven Hill invirtió 135 millones de dólares en una nueva destilería en Kentucky (Heaven Hills Spring), Diageo puso 130 millones de dólares en una nueva destilería para producir Bulleit y Beam Suntory expandió varias destilerías invirtiendo más de 200 millones de dólares. Durante esta época, el whisky americano generó más de 20.000 nuevos puestos de trabajo.
Las inversiones masivas en nuevas destilerías fueron el síntoma más visible del optimismo desmedido. Y llegaron a todas partes. En Escocia, Diageo invirtió 150 millones de libras en sus destilerías y localizaciones escocesas, para fomentar el turismo de whisky (la tienda Johnnie Walker de Princess Street en Edinburgo es uno de los resultados de esta inversión, además de la transformación de la destilería de Cardhu). William Grant aprovechó esta época para expandir Balvenie y Glenfiddich.
En el resto del mundo, pudimos ver como Irish Distillers invertía 50 millones de euros en la destilería de Midleton, para reducir sus emisiones. En Japón, Suntory invirtió 10 millones de yenes (unos 77 millones de euros) en expandir las destilerías de Yamazaki y Hakushu. Mientras, en Taiwan Kavalan duplicaba su capacidad de producción.
El poder del mercado asiático
Este crecimiento en inversiones no fue casual. Ya llevábamos un tiempo en el que el interés de los mercados asiáticos por el whisky premium iba incrementando el consumo de botellas. Ediciones limitadas de The Macallan desaparecían rápidamente de los estantes y triplicaban su precio en la reventa.
Sólo en China, las importaciones de whisky crecieron un 47% anual entre 2019 y 2021. En Corea del Sur las ventas de single malt escocés crecieron un 180% en tres años. También en Singapur y Hong Kong los duty-free se convertían en templos del whisky premium. En Asia las marcas encontraban el consumidor ideal: joven, urbano, con poder adquisitivo alto y dispuesto a pagar precios premium por marcas prestigiosas.
Covid-19 y la cultura cocktail
Y cuando llego el Covid-19 y pensamos que todo iba a ir mal, encerrados en casa y con las puertas de los bares cerradas a cal y canto. Pero la pandemia, paradójicamente, fue una bendición para el whisky.
Las ventas de whisky para consumir en casa crecieron un 35% durante 2020 y 2021. Los consumidores empezaron a valorar más la calidad de su whisky. En parte, gracias a la educación que les trajo el tiempo libre. Ahora sabían valorar la diferencia entre un whisky de 30€ y uno de 90€. Los bartenders, los whiskeros, emitían en directo online y fomentaban el aprendizaje del whisky – de hecho, la comunidad hispana de whisky se multiplicó durante esta época (incluso me atreví a ponerme delante de la cámara para hablar con vosotros).
Las señales de alarma estaban ahí, pero las ignoramos todas. El stock crecía en las destilerías a un ritmo mucho más acelerado que el de las ventas. Las botellas de whisky alcanzaban precios premium sin justificación. El mercado se saturaba poco a poco con demasiadas marcas nuevas compitiendo por la misma audiencia. Algo similar pasaba a finales de los 70, en esos años que precedieron al whisky loch. Y luego todo son lloros.

2. Sobreproducción Masiva
Cuando las ventas van bien, todo son alegrías. Teniendo en cuenta que durante la época dorada los tipos de interés andaban bajos, las inversiones en las destilerías se multiplicaron como setas. Todo apuntaba al éxito, así que se lanzaron a una carrera expansiva sin precedentes (prácticamente un momento de locura colectiva).
Como comentaba antes, las inversiones se fueron de las manos. Diageo invirtió más de 400 millones de dólares sólo en whisky entre 2019 y 2022. Brown-Forman le sigue con una inversión aproximada de 255 millones de dólares en expansiones directas. Las inversiones sugieren que esperaban un crecimiento del 8-10% anual durante la próxima década. Desafortunadamente, ese crecimiento nunca llegó.
Y no sólo expansiones, el número de nuevas destilerías crecía a un ritmo alarmante. En Estados Unidos aparecieron unas 115 nuevas destilerías entre 2019 y 20224. Si nos fijamos en Escocia, se estima un crecimiendo te más de 30 nuevas destilerías planificadas o construidas, la mayor expansión en 40 años. Un claro ejemplo es también Suecia, dónde Mackmyra duplicaba su capacidad justo antes de quebrar. Y en Asia pasaba también algo similar (¡25 nuevas destilerías sólo en Australia!).
La realidad: una sobreoferta estructural del whisky que ronda el 12%. El caso de Kentucky es paradigmático: en 2025 cuentan con más de 12 millones de barricas de whisky almacenadas. Con la capacidad de consumo anual de Estados Unidos (unos 2.8 millones de barricas), podrían pasar 4 años sin producir una gota de whisky.
Todos construyeron para el mismo mercado supuestamente infinito. Lo más irónico es que la industria construyó conscientemente la crisis actual. Cada nueva destilería, cada ampliación, cada millón invertido basado en proyecciones optimistas, contribuyó a crear el exceso de oferta que ahora les ahoga.

3. Guerra Comercial Silenciosa
Como no todo puede ser fácil y sencillo, mientras la industria se enfrenta a este exceso de producción, las tensiones comerciales dificultan el camino. El tira y afloja de aranceles y represalias está destrozando las cadenas de suministro establecidas durante décadas.
La inestabilidad en los aranceles empieza con Estados Unidos, que ya en 2018 impuso aranceles del 25% sobre el whisky escocés (¿recuerdas la disputa de airbus?). La UE respondió con la misma moneda, con un 25% sobre el bourbon y el whisky americano. El resultado fue inmediato: las exportaciones de bourbon a Europa cayeron un 13% en apenas medio año.
El efecto Covid y la realidad actual
El Covid trajo la calma, con una suspensión de aranceles por la crisis de la pandemia. Pero, si no vives bajo una piedra, sabrás que en Enero de 2025 Trump empezó una guerra arancelaria, reimplantando los aranceles del 25% sobre el single malt escocés. La UE volvió a responder con la misma moneda y, para acabar de complicar las cosas, en marzo China añadió un 15% adicional a productos occidentales.
¿Qué implica esto? Se estima que las ventas de whisky escocés en Estados Unidos en 2025 caigan un 31%. Y las marcas son las más perjudicadas. Como ejemplo, una botella de Macallan 18 años ha pasado de costar 380 a 475 dólares. En el caso inverso, se estima que las ventas de whisky americano en Europa bajen un 25%, perdiendo la cuota de mercado. Ahora es el momento de Irlanda y Japón, que ganan terreno en el mercado.
Sin olvidarnos de las nueva regulaciones
Para más inri, además de las batallas arancelarias aparecen las batallas regulatorias. Como si este fuera el mejor momento para decidir protejer la denominación de origen del whisky. Por un lado, la Unión Europea amenazó con no reconocer el término «whisky americano» si no es recíproco, además de establecer nuevas barreras técnicas para productos no europeos con la EU Spirits Regulation. Mientras, Estados Unidos no tiene del todo claro las restricciones sobre el whisky escocés e irlandés, y la TTB endurece los requisitos para whiskies importados.
Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Este caos intercontinental ha facilitado el crecimiento del whisky canadiense, sin aranceles en la mayoría de mercados. Jameson aprovechó la guerra arancelaria manteniendo acceso a ambos mercados, mientras Redbreast se posicionaba como la alternativa al whisky escocés encarecido.

4. El Límite de la Premiumización
He perdido ya la cuenta de las ediciones limitadas sobrecargadas de precio que hemos vivido en los últimos años. Del whisky hecho con lágrimas de unicornio cuya botella cuesta un riñón. Y parece ser que no soy la única. La estrategia de vender menos, pero más caro ha tocado techo.
Quizá uno de los ejemplos más sonados fue el de Suntory, llegando a aumentar el precio de un whisky un 125%. Debido a la escasez de stock, Hibiki 30 años pasó de ¥160,000 (unos 1200 euros) a ¥360,000 (unos 2700 euros). Podemos aceptar que un whisky suba «un poco» de precio por la falta de stock, pero todo tiene un límite. Además, en los últimos años los amantes del whisky nos hemos estado informando más, por lo que nos hemos convertido en consumidores más selectivos que exigen el valor real del producto. Y no voy a entrar en la retahíla de ediciones limitadas a precios desorbitados sin ninguna justificación, que me lío.
El regreso al 12 años
Al mismo tiempo que aparecían expresiones «premium» sin sentido, las destilerías bajaban la edad básica de sus expresiones de entrada, cubriendo así la falta de stock y premiumizando expresiones de más añada. Pero todo lo que sube, baja y hay una tendencia interesante que revela cómo la industria está respondiendo a esta crisis: el regreso a edades más maduras en expresiones básicas.
En Julio de 2024, Glenmorangie reimaginó su icónico «The Original» de 10 años como una expresión de 12 años, argumentando que así el whisky gana más sedosidad, dulzor y complejidad (¡anda! ¡no me digas!). Y Jura anunciaba lo mismo hace apenas dos semanas. Jura 10 se discontinua, dejando al 12 años como expresión de entrada de la destilería.
Este movimiento no es casualidad. En un mercado saturado y con consumidores más exigentes, las destilerías buscan añadir valor real en lugar de simplemente subir precios. Es más costoso mantener whisky 2 años adicionales en barrica, pero también es una forma tangible de justificar la calidad ante consumidores cada vez más escépticos del marketing puro.

5. Generación Z y Cambios Culturales
Quizás el factor más inesperado y preocupante para la industria son los hábitos de consumo que llegan con el cambio generacional. La Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) no sólo bebe menos – está redefiniendo completamente qué significa beber socialmente.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España ha habido un descendo del consumo de alcohol del 13,3% entre personas de entre 18 y 24 años, y de un 10,15% entre 25 a 34 años. Eso se debe principalmente a varios motivos. Por un lado, las nuevas generaciones tienen más conciencia sobre los impactos del alcohol en la salud mental y física (y tampoco encaja mucho con la cultura de gimnasio). También prefieren no beber para mantener el control en situaciones sociales. Además, viven la cultura de la productividad, en la que una resaca tradicional puede verse como tiempo perdido.
Una de las cosas que hace la generación Z (y que últimamente he puesto en práctica yo misma) es lo que se conoce como «zebra striping» (rayas de cebra). Se trata de alternar conscientemente entre bebidas alcohólicas y no alcohólicas durante una misma salida social, como las rayas de una cebra. Un whisky, un agua con gas, un whisky, un agua con gas. De esta manera la resaca (y la inversión) es menor.
También apuestan por opciones de menor graduación / bebidas light. No es casual que hayan aparecido propuestas como Ballantine’s light o Jameson Cold Brew, o los hard seltzers que se están poniendo de moda ahora.

FAQ: Crisis del Whisky 2025 – Preguntas Frecuentes
Si has llegado hasta aquí (¡gracias!) seguro tienes algunas preguntas. Por aquí dejo algunas de las más frecuentes. Si tienes más, no dudes en dejarla en los comentarios.
¿Cuánto durará la crisis del whisky 2025?
Si nos basamos en patrones históricos, las crisis del whisky suelen durar entre 2-4 años. La recuperación dependerá de factores como la estabilización de mercados asiáticos y la adaptación de la industria.
¿Es buen momento para comprar whisky como inversión?
Es una oportunidad fantástica si tienes la bola del futuro. Los precios están más accesibles y el stock actual podría revalorizarse en 10-15 años, como pasó con los whiskies del «loch» de los 80. Eso sí,
¿Qué whiskies están más afectados por la crisis?
Los más afectados son los whiskies premium de nuevas destilerías sin historia establecida, especialmente en el rango de 100-500€. Los whiskies ultra-premium de grandes marcas y los de consumo diario mantienen mejor resistencia.
¿Pueden cerrar destilerías históricas importantes?
Ahora mismo es poco probable que cierren destilerías icónicas como Macallan, Glenfiddich o Jameson, pero sí pueden reducir producción o ser adquiridas por grupos más grandes.

El Futuro del Whisky
No quiero ser catastrofista. Aunque está claro que la crisis del whisky de 2025 va a golpear el sector, debería ser la base para que las destilerías vuelvan a centrarse en lo más importante: el whisky. Algunos afortunados aprovecharán la ocasión y se harán con botellas que en unos años quintuplicaran su valor. Otros se aferraran como un clavo ardiendo al stock de ese whisky que tanto les gusta que se va a discontinuar.
Ojalá esto sea una llamada de atención para las destilerías, las marcas, los grupos de destilados. Que todos ellos entiendan que el futuro del whisky no está en volver a la producción en masa y los años botantes. El futuro del whisky está en sus orígenes. En el whisky donde la calidad supera a la cantidad. En el whisky donde la autenticidad vence al márketing. En un whisky adaptado al futuro, donde la sostenibilidad no es opcional.
La industria del whisky tiene una capacidad increíble de adaptación. Ha sobrevivido no sólo a crisis, sino también a prohibiciones y guerras mundiales. Así que tranquilos, no se nos acabará el whisky.
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💬 Tu opinión importa
¿Qué opinas de esta crisis? ¿Crees que es temporal o estamos viendo un cambio estructural permanente? Déjanos tu opinión en los comentarios.
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Nota: Este análisis está basado en datos de la industria hasta agosto de 2025. La información aquí contenida se expone a título meramente informativo y no constituye una recomendación de inversión.
Última actualización: Septiembre 2025 | Tiempo de lectura: 19 minutos | Nivel: Intermedio-Avanzado
- Datos extraídos de su presentación preeliminar de resultados para inversores. ↩︎
- Datos extraídos de su última presentación de resultados para inversores. ↩︎
- IWSR 2020 Proyectaba crecimiento del whisky premium del 6% anual hasta 2025. McKinsey sugirió que la «premiumización» era imparable. Wall Street: Los analistas recomendaban «comprar» en todas las empresas de destilados. ↩︎
- Según datos de IBIS World. ↩︎