La destilería de Glenlivet se encuentra en Ballindalloch, a unos 20 minutos en coche desde Dufftown (35 minutos si venís desde Keith).
La destilería fue fundada por George Smith en 1817, aunque no fue hasta 1924 que empezó a destilar con licencia. Tras varios años y diversas joint ventures, Pernod Ricard se hizo con el control de la destilería en 2001.
La destilería de Glenlivet abrió su centro de visitantes en 1978, y desde entonces acoge varios tours. Podéis reservarlos a través de su web.
The Glenlivet Classic Tour tiene un precio de 10£ (unos 12 euros) y una duración de una hora. No requiere reserva y hacen un pase cada media hora desde las 10 de la mañana hasta las 16:30h. Además, incluye una audioguía en castellano y la cata al final de una de sus expresiones.
Para una visita más en profundidad, existe el tour The Glenlivet Inspiration. Su precio es de 35£ (unos 41 euros) y en él podéis probar el whisky directamente de la barrica. Tiene una duración de dos horas y requiere reserva previa.
Finalmente, podéis realizar la experiencia The Legacy Tasting. Una cata guiada completa (previa reserva) por 60£ (unos 70 euros).
Visitando la destilería de Glenlivet
Llegamos a la destilería de Glenlivet casi por casualidad. Recorriendo las destilerías en nuestra ruta por Speyside, nos quedamos con ganas de más. Así que en nuestro paso por Ballindalloch, nos desviamos para visitar la destilería de Glenlivet y realizar el Classic Tour.
La visita empieza en una sala adjunta a la entrada principal de la destilería. Allí encontramos un molino Porteus ya en desuso, mientras la guía empieza a explicar historia de The Glenlivet.
De ahí pasamos a la zona de producción, donde se puede observar un mash tun de 13.5 toneladas. Allí se produce el wart (43 veces por semana), que pasa a fermentar en 16 washbacks de madera. Durante la visita sólo veréis la mitad, ya que Glenlivet ha museizado mucho la destilería desde su última expansión.
La visita a la destilería de Glenlivet continúa en su sala de alambiques. Es quizá una de las salas de alambiques más llamativas de todo Speyside. Allí 7 pares de alambiques están en funcionamiento constantemente, rodeados de paredes de cristal con vistas al valle de Livet.
Las barricas y la cata
La visita continúa en los almacenes de la destilería de Glenlivet. Allí, las barricas de whisky se acumulan en torres de varios metros de altura. La mayoría de destilerías no almacenan las barricas en más de 3 niveles para poder mantenerlas cerca del suelo. Sin embargo, The Glenlivet tiene montando un interesante sistema, en el que pueden almacenar hasta 7 barricas en vertical.
Si bien el sistema de Glenlivet es práctico para alcanzar los niveles de producción de la destilería, le resta no sólo encanto, sino también algún matiz al whisky. La proximidad a la tierra expone la barrica a ciertos elementos que tendrán influencia en el whisky.
La visita a la destilería de Glenlivet finaliza en su sala de cata. Allí ofrecen 3 expresiones distintas de la destilería. Nosotros pudimos escoger entre Glenlivet Founder’s Reserve, Glenlivet 12 y Glenlivet Nàdurra Peated Cask Finish.
Nos decantamos por Glenlivet Nàdurra, para probar el lado ligeramente ahumado de la destilería. Un whisky NAS con todas las características clásicas de la destilería de Glenlivet embotellado a cask strength. El afinamiento en barricas de whisky ahumado le aporta el toque diferencial que le convierte en un whisky interesante.
Sobre la destilería de Glenlivet
La destilería de Glenlivet produce actualmente 10.5 millones de litros de alcohol. La intención de la marca, perteneciente a Pernod Ricard, es triplicar la producción en los próximos años. Para ello, en la actualidad se está construyendo una expansión de la destilería.
Próximamente (no se ha especificado finalización del proyecto), la destilería de Glenlivet contará con dos nuevas unidades de destilación. Cada una de ellas contará con un mash tun, 16 washbacks y 7 pares de alambiques, para llegar a una producción de 30 millones de litros.
Suponemos que con la nueva ampliación, la destilería mantendrá la actual zona de visitantes. Allí, encontraréis una cafeteria dónde tomar algún sandwich (visitadla sólo si tenéis mucha hambre). También podréis embotellar vuestra propia botella de Glenlivet.
La destilería de Glenlivet es una de las más turísticas de la zona y, tal vez por ello, una de las visitas menos interesantes. El Classic Tour llega a acoger grupos de 20 personas, por lo que la visita se convierte en una experiencia fría en la que el guía recita su guión. Si queréis visitarla, recomendamos realizar tours más completos. Y si no, hay más destilerías que visitar en la zona.