Recordad cuántas campañas de publicidad de whisky (o vodka, o ginebra, o cualquier otro licor) habéis visto en toda vuestra vida. Apuesto a que son unas cuantas. Y si hablamos de cerveza, probablemente alguno de vosotros lleve la canción del último anuncio de una marca como melodía del móvil.
White Pike es un whisky blanco con maíz, espelta y trigo malteado, de espíritu provocador y descarado
La publicidad está siempre ahí, y si no, que se lo digan a los de Absolut. Lo curioso, es cuando una agencia de publicidad como Mother New York, tal vez una de las más importantes del mundo, decide cambiar los anuncios de whisky por el whisky en sí. Desde esta agencia norteamericana llevan años realizando campañas para marcas de licores, pero lo que nadie esperaba era que decidiesen lanzarse al mercado por su cuenta. Y es que los creativos de esta agencia han estado lo suficientemente locos (o inteligentes, según se mire) para colaborar con Finger Lakes Distilling y lanzar, por primera vez en la historia, el whisky White Pike.
Para ello Thomas McKenzie, el maestro destilador, ha creado un whisky blanco con maíz, espelta y trigo malteado. A diferencia de los whiskies oscuros, el whisky blanco no está envejecido cuando se embotella (según su propia campaña, ha envejecido tan sólo 18 minutos), y es el más aconsejado si se quiere mezclar. El espíritu de este White Pike queda completamente descrito en la campaña que la propia agencia está haciendo, se trata de un whisky provocador, nervioso, descarado.
Según Andrew Deitchman, director de diseño en Mother y director del proyecto, «siempre hemos estado interesados en crear nuestra propia marca. Hacemos mucho por los clientes actuales pero nunca llegamos a conocer el negocio». Añade además que al actuar como cliente tienes que pasar por todo el proceso hasta llegar al resultado esperado, incluyendo miles de visitas a la fábrica de botellas.
La verdad es que para el nacimiento de White Pike los de Mother han demostrado que los publicistas tienen mucho que decir a la hora de vender el producto. Desde la atrevida campaña publicitaria y sus acciones de márketing hasta la botella y el packaging del whisky (con un diseño impecable), todo está controlado hasta el más mínimo detalle, atrayendo al consumidor a un whisky fresco, joven y moderno. Por el momento sólo aquellos viajeros podrán conseguir una botella, ya que tan sólo se vende en bares y restaurantes de Nueva York por un precio de 32 $ (unos 24 €), a menos que necesitéis una campaña de su agencia, todos los clientes de Mother reciben una botella gratis.