Aunque nos pese, ni todas las historias que envuelven el mundo de whisky son maravillosas ni los procesos de destilación perfectos. Por ejemplo la destileria Whyte & Mackay, fundada en Glasgow en 1844 y en la actualidad propiedad del conglomerado indio United Breweries Group, se ha ganado una multa por la fuga de casi 20.000 litros de aceite de fusel (un compuesto aceitoso y venenoso formado por alcohol amílico, muy inflamable, que proviene del proceso de destilación).
El vertido afecta al estuario de Cromarty, un importante hábitat de águilas pescadoras, cisnes y gansos de Greylag
El vertido tuvo lugar en agosto de 2011 y representa una violación de la ley de entorno acuático de Escocia. La fuga provenía de un tanque de almacenamiento de petróleo y del muro perimetral, y fue descubierto por la Scottish Environment Protection Agency (SEPA).
Los fiscales escoceses han actuado tras ver que el vertido afectaba a la fauna del estuario de Cromarty. La multa, que asciende a 9.000 libras, se ha dado a conocer después de que la destilería se declarara culpable en la corte del Sheriff Tain por verter el aceite en el Site of Special Scientific Interest (SSSI), un importante hábitat de águilas pescadoras, cisnes y gansos de Greylag.
La SEPA y el Health & Safety Executive (HSE) han determinado que el derrame de aceite de fusel en el estuario de Cromarty se podía haber evitado si Whyte & Mackay hubieran hecho el seguimiento y el mantenimiento adecuados de la seguridad de sus tanques de almacenamiento. Según Craig Harris, jefe de la fauna y la unidad de crimen de medio ambiente, afirmó que “era totalmente prevenible” y que “la industria debe garantizar el buen mantenimiento de sus sistemas para cumplir con sus obligaciones ambientales”.
Este vertido ha tenido lugar en un sitio de importancia internacional y, aunque el impacto ha sido mínimo, podrían haber habido consecuencias muy graves si la fuga no se hubiera detectado a tiempo o hubiese sucedido durante la época de cría de los miles de animales que ahí habitan. Esperamos que Whyte & Mackay hayan aprendido la lección y protejan ese entorno natural que tan bien casa con una buena copa de whisky.
