CatasEscocésJohnnie WalkerMarcasPuntuaciónPuntuación B

Johnnie Walker Black Label

Johnnie Walker Black Label - Todo Whisky

B Elegante, sin aristas. Equilibradamente complejo.

Hay whiskies que no necesitan presentación. Johnnie Walker Black Label es uno de ellos. Es la segunda expresión de la gama básica del whisky más vendido del mundo (si no contamos los whiskies indios). Y, también, uno de los primeros pasos para todos aquellos que se inician en el mundo del whisky.

Son muchos los que llegan al whisky gracias a Red Label, por lo que Johnnie Walker Black Label es el siguiente paso lógico en su evolución whiskera. Es más, la etiqueta negra de Johnnie Walker se ha convertido en uno de los blends más habituales en el mini bar casero.

Pero, ¿qué tiene de especial esta expresión? Para muchos, es que se trata de una versión de mayor calidad del clásico Red Label. Otros destacarán que Black Label no es un NAS, sino que tiene 12 años de edad.

Johnnie Walker Black Label apareció en 1909 como tal, aunque anteriormente Johnnie Walker había embotellado varias expresiones similares. Según Diageo, Black Label contiene unos 40 whiskies en su mezcla.

Encontraréis Johnnie Walker Black Label en grandes superficies y tiendas online como Amazon. Su precio de venta ronda los 20 euros. Ahora, además, tenéis la edición especial 200 aniversario por 24 euros.

Nota de cata de Johnnie Walker Black Label

La vista

En copa, Johnnie Walker Black Label es color caramelo, e150.

La nariz

Nos encontramos ante un blend de suaves aromas. Notas de roble tostado se mezclan con un toque dulce de miel y coco.

Posee suaves aromas de jerez, con las clásicas notas de frutos secos, pasas e higos. Sutiles notas de humo de turba.

El paladar

Black Label es un whisky suave y elegante en boca. Pero no por ello menos complejo. Las notas de humo son intensas, pero no ocultan el resto de matices.

Agradables notas afrutadas (dátiles, pasas, higos) llegan acompañadas de un toque de miel. Nueces agridulces acompañan a las notas de humo, con un toque especiado.

El final

El final es medio-largo, con un toque cítrico acompañando a las notas ahumadas.

Conclusión

Black Label es un blend «limpio». Elegante y sin aristas, es un whisky que no pretende mucho pero muestra poco a poco la complejidad de sus matices.

Es, quizás, una gran muestra de la capacidad de mezcla de Jim Beveridge. No es de extrañar por eso que sea una habitual en muchas casas y una de esas botellas que siempre acabas reponiendo. Un magnífico blend por tan sólo 20 euros.

Tags:

Un comentario

  1. Un buen whisky en su rango de precios.

    Por algo más, prefiero el double black, aunque es algo más brusco y quizás no tanto para un público amplio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.