Historia

Rachel Barrie, la mujer que crea whiskies

Un día, una niña de Aberdeenshire enfermaba de otitis en una casa de campo en Stonehaven. Su abuela le hizo beber algo que le dio “una maravillosa y confortable sensación” que aún ella recuerda. Se llamaba Rachel y tenía tan sólo siete años. Hoy, con 43 años, Rachel Barrie se ha convertido en una de las pocas mujeres que tienen importancia en el mundo de whisky, una de las mejores maestras destiladores del mundo.

De todos los métodos de medición, el más sofisticado sigue siendo la nariz humana

Si la presencia de las mujeres en la ciencia no siempre está al mismo nivel que la de los hombres, hay que reconocer que lo tienen mucho más fácil que en el mundo del whisky. Rachel Barrie no sólo ha conseguido entrar en él, sino que además se ha ganado el rango de Maestro Mezclador (Master Blender). De todos es conocido que la ciencia es crucial en el arte de destilar, sobre todo la química, y Barrie, licenciada en química, reconoce que no sólo se trata de los parámetros físicos, sino que las nuevas tecnologías permiten analizar la química del whisky e incluso añadir una “huella” que sea sello de calidad y autenticidad. La Master Blender también añade que, pese a todos los métodos de medición, “el más sofisticado sigue siendo la nariz humana”.

Y es que sin esa nariz Rachel Barrie no hubiera llegado donde está ahora. Tras licenciarse en química por la universidad de Edimburgo (y probar con un sorbito todos los whiskys que bebía su padre desde que ella puede recordar), Barrie se presentó a una vacante como becaria en el Scotch Whisky Research Institute, siendo una de las pruebas del proceso de selección oler 20 botellas y describir las sensaciones. Ella desconocía hasta ese momento sus capacidades olfativas, pero eso no le evitó ganar el puesto.

Después de la beca, acabó trabajando en la destilería Glenmorangie, donde continuó aprendiendo y evolucionando, hasta convertirse en creadora de whisky y Master Blender. Para su trabajo, a Berrie le gusta llevar con ella una libreta donde anota y describe cada muestra de cada barril, que después pasa a una base de datos digital. Es gracias a ello que cuando va a embotellarse ella sabe exactamente qué necesita mezclar para lograr el balance adecuado.

Además, Rachel Barrie afirma que lo que realmente busca cuando crea un whisky, es el lugar donde se tomará. Según el lugar de disfrute, el whisky deberá transmitir las sensaciones adecuadas. Aunque a veces el whisky se crea a sí mismo, y se esconde entre los miles de barriles que Barrie ha catado.

Los whiskies antiguos van a hacer un gran regreso, con años cuidadosamente seleccionados, ediciones limitadas únicas en sabor

En cuanto al futuro más próximo del whisky, Rachel Barrie considera que “los whiskys antiguos van a hacer un gran regreso, con años cuidadosamente seleccionados, ediciones limitadas únicas en sabor”. En esta línea también cree que se va a experimentar con los métodos tradicionales, que con los conocimientos del siglo XXI pueden centrarse en los detalles y en el sabor.

Ahora Rachel Barrie se embarca en un nuevo capítulo de su vida, como Master Blender de Auchentoshan, Bowmore y Glen Garioch, en la destilería Morrison-Bowmore. Ahora sólo hace falta esperar unos cuántos años para poder disfrutar de las cualidades de esta magnífica master blender.

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