Historia

Arran: el renacimiento de una isla

Ayer os comentamos en ésta entrada como la Arran Distillery había sacado al mercado su nuevo producto “Devil’s Punch Bowl”. Pues bien, hoy toca explicar un poco qué contiene la isla de Arran y desde cuándo cultivan el arte del whisky.

La historia de amor de la isla de Arran con el whisky es larga, pero algo inestable. Arran es la más accesible de las islas occidentales escocesas y por ello, destino frecuente de muchos turistas. Lo cierto es que esa misma accesibilidad con Escocia fue la que durante el siglo XVIII permitió a Arran erigirse como la campeona…. de los whiskys de contrabando.

Pocos fueron los parroquianos que en algún momento de su vida no tomaron parte en el contrabando… ocupación que se consideraba bastante honorable

Como algunos sabréis, durante el siglo XVII se prohibió el whisky de las Highlands pero, lejos de cerrar el negocio, se limitaron a pasar a la clandestinidad. Y es que hay que entender que a menudo el whisky era el sobresueldo que decantaba la balanza entre la supervivencia de las familias rurales o su muerte.

El caso es que la isla estaba la suficientemente lejos para eludir los controles policiales, pero a la vez lo suficientemente bien comunicada con las principales ciudades de Escocia, hecho que animó a los cultivadores de cebada… y a todo el mundo. Como dice Mackenzie en The Book of Arran (1910): «Pocos fueron los parroquianos que en algún momento de su vida no tomaron parte en el contrabando… ocupación que se consideraba bastante honorable.»

Todavía no sabemos muy bien el motivo, pero después de la legalización, Arran estuvo sin producir whisky hasta 1995, cuando Harold Currie, antiguo director ejecutivo de Campbell Destillers, decidió abrir una destilería en el precioso pueblo de Lochranza.

No lo tuvo nada fácil: los primeros 3 años en las destilerías son muy difíciles de rentabilizar, y nadie quiso el whisky de Arran Distillery para elaborar Blends, así que tuvo que aguantar hasta poder hacer su primer Sigle Malt, que fue y sigue siendo todo un éxito. De hecho, fue gracias a la accesibilidad de Arran y por tanto, a los turistas, que Harold Currie pudo aguantar los primeros años.

Aunque pequeña, esta destilería ya colecciona diversos premios. Desde el principio Arran quiso una gran calidad para sus series de whisky y, con constancia y pasión lo han conseguido.

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